El partido fue chato en los primeros minutos; Boca tenía la iniciativa, pero no se acercaba con peligro al arco de Barovero. Recién a los 24 minutos de la etapa inicial los xeneizes tuvieron la primera chace de gol: Silva quedó mano a mano con el arquero Millonario pero éste tapó espectacularmente el remate cruzado del uruguayo. De ahí en más el equipo de Ramón se hizo del control de la pelota y empujó a su rival a su propio campo.
El segundo tiempo empezó como terminó el primero: River con la pelota, pero ahora presionando más arriba y llevando más peligro. A los 68 minutos llegó lo que indefectiblemente tenía que llegar: Ponzio tomó un rebote, abrió para Vangioni (el mejor jugador del partido), éste tiró un centro milimétrico para la cabeza de Mora, y el uruguayo colocó magistralmente la pelota al lado del palo derecho de Orion.
Los restantes 22 minutos fueron un monólogo de River. En las tribunas apareció nuevamente el oy, oy, oy, oy... oy, oy, oy, oy, es el equipo de Ramón. La cereza del postre llegó a los 82 minutos: Rojas anticipó una pelota en tres cuartos de cancha, metió un pase cruzado a Mora, y éste metió un zapatazo para clavar la pelota arriba del arco de Orion.
River ganó el partido en la cancha y en las tribunas. Fue una demostración de buen fútbol y colorido. Volvió Ramón y con él la alegria. ¡Salud pelado! Chin, chin.
Por Gabriel Horacio